IGNOMINIA VERSUS LUCHA DE CLASES
La ignominia es la representación
clásica de la deshonra, vergüenza, mancha o infamia resultado de una acción
culpable (entendiendo la culpa como una acción sin intención) que el sujeto ha
realizado, ahora etimológicamente se expresa como una ignominia esa palabra en latín “ingnominis” que
no es más que deshonra u ofensa grave que sufre la dignidad de la persona, es
la renuncia al propio nombre, según Larry Márquez Peralta, ahora, de estar en
la ignominia representada por la vergüenza antes descrita avanzamos hacia el
otro tópico de esta introducción y no es más que la lucha de clases, si, lucha
de clases que se entiende en otras palabras como el conflicto entre clases
sociales que ha sido la base sobre la que se produjeron los hechos que dan
forma a las sociedades. Esta lucha se da principalmente entre las dos clases
sociales antagónicas (clase dominante y clase dominada) que se caracterizan por
controlar cada una modos de producción.
La
clase dominante representada por la burguesía es la clase de los modernos
capitalistas, ellos son los propietarios de los medios de producción (recursos económicos,
recursos naturales, redes de transporte y distribución, sistema de
comercialización, energía, fábricas, máquinas, herramientas y además son los
patrones de los asalariados. Los que compran tu fuerza de trabajo. ¿Quieres
identificar quiénes son? Fedecamaras, Fedeindustria, Consecomercio, empresas el
OSO… que es feo, pero es sabroso. Y demás instituciones cuyos nombres exigen
ahora a la clase política dominante (en parte) la derogación de algunas leyes
hechas para los pobres. Para ti y para mí.
El
proletariado por su parte es la clase
moderna de los asalariados o clase DOMINADA, no son propietarios de medios de
producción, se ven obligados a vender su fuerza laboral para subsistir. No
poseen participación en la cadena de comercialización, carecen de altos
recursos económicos, nunca serán parte de la empresa a nivel de accionistas, no
están registrados en Fedecamaras, no entienden de las políticas de Consecomercio, no poseen registro de importadores (por lo tanto no importa que
pase con el dólar y menos con el precio del barril de petróleo), es la clase
más débil, ojo, cuando no está organizada y consiente de cuál es su papel
histórico, solo se limita a ser el operador, el maquinista, el campesino, el
obrero, el chofer, el colector, la
cocinera, la secretaria, el oficinista, el comerciante informal, el comprador
compulsivo, el consumista, el DOMINADO.
Dejando
en claro ambos roles, el de la ignominia y el de la lucha de clases
establecemos la relevancia y dignidad que en el proceso revolucionario tiene la
lucha entre los dominados contra los dominantes, siempre en procesos dialécticos, de confrontación de ideas, enmarcados en el proceso social, en la
exigencia de reivindicaciones dentro del hecho social del trabajo y entendiendo
sobretodo que la responsabilidad en una sociedad socialista es de todos, está
en combatir la burocracia con eficiencia, en el cumplimiento de las promesas
con certeza, en el valor USO de las cosas y no en el valor CAMBIO, la ignominia
es lo negro de la historia, es la desdicha.
La lucha de clases debemos entender que solo
se da y es permitida bajo un orden democrático y participativo, la definición
nos decía que era “una vergüenza, era renunciar al nombre propio” alejémonos de
la ignominia a la cual nos han arrastrado, y permanezcamos en pie de lucha,
porque lo sucedido el 6D marco el desarrollo de la historia social del país,
mostrando que el pueblo, la prole, los plebeyos, la clase obrera no solo espera
igualdad en las condiciones materiales, casa, carro, teléfono, línea blanca,
línea marrón, educación, salud y otros sino que espera con ansias la expresión
máxima de la eficiencia y de una única forma de PODER, que no es otra que
OBEDECIENDO AL SOBERANO, AL PUEBLO, tú ¿de qué lado decides quedarte, del lado
oscuro de la IGNOMINIA o en el lado del espíritu indómito de la LUCHA DE
CLASES?.
Yo decidí por lo segundo, y a no renunciar a mi nombre, ¿sabes cómo me
llamo? RESISTENCIA.
No hay comentarios:
Publicar un comentario