jueves, 16 de junio de 2016

Editorial del día 16/06


Demagogia
Demagogia (del griego δῆμος -dēmos-, pueblo y ἄγω -ago-, dirigir) es una estrategia utilizada para conseguir el poder político. Consiste en apelar a prejuicios, emociones, miedos y esperanzas del público para ganar apoyo popular, frecuentemente mediante el uso de la retórica y la propaganda política.
En la historia de las doctrinas políticas se considera que fue Aristóteles quien individualizó y definió por primera vez la demagogia, definiéndola como la «forma corrupta o degenerada de la Democracia» que lleva a la institución de un gobierno tiránico de las clases inferiores o, más a menudo, de muchos o de unos que gobiernan en nombre del pueblo.
Aristóteles sostenía que cuando en los gobiernos populares la ley es subordinada al capricho de los muchos, definidos por él como los "pobres", surgen los demagogos que halagan a los ciudadanos, dan máxima importancia a sus sentimientos y orientan la acción política en función de los mismos. Aristóteles define por lo tanto, al demagogo como “adulador del pueblo”.
Pero en esta oportunidad queremos mostrarles, la similitud circunstancial que existe entre la demagogia y la politiquería.
Venezuela y su pueblo vivieron por muchos años (etapa de la revolución) procesos de real concreción de promesas electorales y de política gubernamental efectiva, hoy vemos como el segmento opositor (promete) terminar puntualmente con situaciones como el desabastecimiento, el acaparamiento, el boicot, el remarcaje, la especulación y colas entre otras por el simple y meramente inocente hecho de “cambiar” el sistema de gobierno.
Claro, la demagogia permite que el pueblo escuche lo que quiere escuchar, ya no queremos estar experimentando estas situaciones…. Pero nos detenemos para analizar el discurso de agoreros contrarrevolucionarios para determinar lo siguiente:
Primero: Que líder opositor realmente presenta un proyecto país, que no esté basado en el revanchismo, oportunismo, o en la instauración de vicios recargados del pasado, entendiendo que es una clase de la población que quiere retomar sus privilegios perdidos en tiempos de revolución.
Segundo: obteniendo el poder legislativo nacional de una forma democrática y legitima… claro, a través de una institución como el CNE que luego de proclamarlos, pues la vilipendian y desestiman emitiendo juicios peyorativos, insultantes, excluyentes, ofensivos, misóginos y disuasivos, ¿que nos podemos imaginar si en 6 meses no han propiciado leyes que transformen el aparato económico nacional, entendiendo que es el sector que más necesita activación y equilibrio?
Tercero: Si ellos son la opción demagógica del cambio y la oportunidad, ¿dónde estaban cuando en el país existían los créditos indexados?, las cuotas balón, los grupos exterminios, las represiones policiales a los manifestantes que se apostaban frente a la gobernación (generalmente obreros del sector educativo junto a educadores), las colas frente a los abastos solidarios porque había comida en los anaqueles pero no se podía comprar, por algo crearon planes de alimentación.
Y por último y cuarto lugar: Ya el pueblo demanda consagración plena, revolución teórica pero más práctica, ¿hasta cuándo nos toparemos con dirigentes demagógicos que son muy pedagógicos pero que no tienen nada de axiológicos?, no es tiempo de vacilar, Cumple lo que prometes, soluciona el problema desde la formación y participación del pueblo (ejemplo, los CLAP), no critiques si no eres parte del aporte, mano dura en la aplicación de la norma, revisa los ingresos de dirigentes rojos para que los dirigentes azules no usen demagogia con eso, si hay algo que cambiar, es la forma balurda e hipócrita de hacer política de muchos y muchas, YO NO SE TU… PERO YO ME QUEDO EN REVOLUCION… DE LA GENUINA, ¡VAMOS!

@loketeras

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